Ni Whitman con su verbo,
pudo dar ánimos aquel costal de miedo.
Se cansó de soló mirarla y desearla;
lo que más deseaba desde que se enamoró,
era tenerla como mujer, poder tocar su carne,
besar sus senos y sentir sus posaderas en su regazo.
Pero su mayor temor, nunca lo dejo, sólo lo ilusionó
su cancaneo lo encerró en una prisión nefasta;
que algunos lo llaman autoestima el poeta lo llama realidad.
Por ella haría cualquier cosa, subir a un monte alto;
aunque él deseaba solo el de venus.
Se convirtió en su todo,
mando sus asuntos a infierno, pues solo ella
amanecía en su cabeza al despertar; intentó
odiarla, maldecirla, ofenderla e ignorarla.
Pero descubrió que solo podía amarla.
Cuando la miraba a los ojos la engañaba,
pues en su mente le hacia el amor con brutal rabia;
siempre le encanto verla ir al ritmo de sus nalgas
pues su corazón llevaba los mismos bemoles que aquel
movimiento sensual.
Aún sueña con quitar sus botas,
cosa que tanto anhela.
Más su musa solo ríe pues no sabe,
todo lo que este tonto la ama.
Nunca lo sabrá, ya que lo que hice fue
escribir lo que sentí, por lo menos la imagine
antes de ser abono de cenízaros
Don Kevin muy particular su escrito .. Porfa si póngale un título para conocer con nombre el sentir de ese lívido 👌🏻👌🏻👌🏻
ResponderEliminarCopiado hermano
EliminarCopiado hermano
Eliminarjajaj muy bueno.. muy sincero desde que muchas veces se oculta tanto deseo o instinto carnal en una mirada mordaz, y una sonrisa con tanto de picardía... me hizo la mañana el Kevin!!
ResponderEliminarGracias Donald, saludos campeón
ResponderEliminarGracias Donald, saludos campeón
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