domingo, 18 de junio de 2017

Guaycará

   Las 5 de la tarde eran la hora perfecta para mirarla, pues tenía  una excusa fundamentada para que aquel deseo pareciera normal, en un lugar lleno de sudación y un vapor peculiar, se encontraba ella. A primera impresión seria y distante, como debería de ser.

   Pero con el tiempo tal vez, por ser el único diferente entre todos. Le abrió su corazón y le mostró lo humana que era; no era de porcelana como él la imaginaba era de carne y deseos.

   En un lugar donde se conoce la muerte tan temprano, ya que las frutas duran días al ser cortadas y los alimentos pocas horas en descomponerse, se supondría que todo lo que se tiene entre pecho y espalda se debe decir rápido, pero cuando son cuestiones de amor es mejor aguardar.

  Ya que la vergüenza se sabe que es pasajera, pero el rechazo que puede provocar un simple NO puede traer abajo la moral de todo hombre, fracasar intentándolo es bueno; pero fracasar esperando es patético.


   Él le mintió cuando le dijo quién era la que pretendía; pero nunca le puede mentir a su corazón que la mujer que lo motivo y enamoró por un poco tiempo la tenía en frente. Así es la vida sino se aprovecha el momento oportuno todo se manda a la mierda.

2 comentarios:

  1. Tus pensamientos y personalidad han sido al pie poético de estos textos

    ResponderEliminar
  2. Siempre me ha gustado como escribes, mucha sinceridad...

    ResponderEliminar