Alegría, cuanta alegría sentí la primera vez que te ví.
Sensaciones para un hombre indescriptibles e irrepetibles,
razon por la cual el que desea ignonar desaparece al instante,
pues sabe quedará atrapado y su cobardía no se lo permite.
El ímpetu y las energías que me das, sumado a mi juventud,
me ha hecho escoger un camino espinado.
No me importa que después me odie si puedo darle algo mejor.
Y ahí esta el error, pensar que por alguna razón el rechazo del producto
de esas indiscriptibles emociones sería soportable.
Pareces no odiarme aún, aunque sé que ese día llegará;
cuando te des cuenta que no me amas, que para mí será lo mismo.
Dolor cuanto dolor es saber que otros son tu verdadero héroe,
aunque nadie me lo diga yo lo puedo ver.
Y bien ahora solo me queda tragarme mis palabras,
y
pretender que darte algo mejor es suficiente.
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