El Inevitable Encuentro
Si existe
algo justo en el mundo es ella,
al pensar en
algo cruel, castigador, incomprensible;
todos los
adjetivos mencionados la describen a ella
a ese punzón frió y déspota, que no tiene sentimientos
injusta,
cruel y dura son sus cualidades.
Pero es la
cosa terrenal más justa que he conocido en la vida
no se fija
en la belleza ni en el físico,
para ella la
edad equivale lo que le interesa,
a los
ciudadanos de una gran metrópoli la predica de un predicador.
Los sueños
de los demás no le importan,
pues sabe
que para soñar el tiempo sobra;
ataca en
momentos distintos,
para el
enfermo es ungüento para su alma,
para el
millonario el freno de su deseo,
al enamorado
como una estaca tan fría como el aliento de la misma.
pero es
ella, la muerte.
La justa, de
la que ni siquiera el hijo de Dios escapo.
¡Qué
justicia!, no hay nada más justo que ella,
es nuestro
destino, pero como la ignoramos
será por eso
su forma de actuar.
Parece una
ficción en la juventud, en la vejez un
sentencia
para el
enfermo su destino manifiesto, para el niño la mayor injusticia
Pero lo de
justa no se lo van a quitar así de fácil.
Muere el
soñador y el que nunca soñó,
muere el
joven y el viejo, el cura y el ateo
pero ella es
justa con todos, nos da lo mismo a todos,
vaya
justicia; parece la genialidad y misterio más grandes en la tierra.
La pelona,
la huesuda, la justa e inevitable muerte.
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