martes, 9 de junio de 2015

El árbol un ejemplo de vida, el árbol inicia su vida bajo tierra así que no tiene miedo de regresar a ella. Desde que está en semilla su vida es una lucha constante por tan solo llegar a ver la luz del sol; no necesito de su ente materno para ver la luz pues el ser de donde proviene es de su mismo tipo de pensamiento y cada semilla que de la madre broto nunca dudo que llegara a ser un gran árbol, crece y crece cada día a pesar de la indiferencia de los que lo rodean, son pocos los que lo aprecian en esa etapa de su vida que podría llamarse juventud; la disfruta no acelera su paso espera que el desarrollo llegue a su tiempo sin apresurar ningún paso. Emerge erguido entre las estructuras del hombre, conoce del hombre mucho más que el mismo hombre, sabe del amor, del cansancio, de las derrotas, de la misma vida pues bajo sus ramas se pueden desarrollar un sin número de historias, ante los maltratos y ofensas se mantiene con actitud de pedernal pues el mismo nota su grandeza ya que tiene que mirar hacia abajo para poder vernos, en su madurez se expande aunque muchas veces parece que su soplo de vida se acabó reverdece como solo un ser superior pudiera inspirar tanta vitalidad, no conoce su destino final pero vive en comunión, rectitud y firmeza con los de su entorno sin temor al dolor o a lo desconocido, conoce que su vida tendrá fin pero nunca dobla sus ramas por este pensamiento pues sabe que su paso por el mundo tiene una misión; hacer algo no sabe qué, pero sabe que tiene que hacer algo que beneficie a los demás que siembre un poco de esperanza a un mundo que no se fija en lo verdaderamente importante.


Kevin Martínez Navarrete 
31/05/2014 Cartago

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